El objetivo principal es que los niños con retraso mental adquieran habilidades funcionales que impliquen un progreso y una adaptación en su vida cotidiana, ofreciéndoles diferentes contextos habituales.
Para planificar las actividades se deben tener en cuenta ciertas consideraciones:
- Presentar actividades motivadoras y significativas para los niños.
- Asegurarse de que el niño ha comprendido en qué va a consistir la actividad, dándole instrucciones sencillas.
- Durante la realización de la actividad, se le proporcionarán los apoyos necesarios, tratando que participe, aunque sea mínimamente.
- Una vez finalizada la actividad, se debe realizar un refuerzo social estimulando mediante felicitaciones y elogios, gestos o expresiones faciales, tanto de los logros como del esfuerzo realizado.
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