Gracias a un mayor control tónico-postural, se inicia la lateralidad y se sientan las bases de otros aprendizajes posteriores como la lectura y la escritura.
Las capacidades que se deben desarrollar son:
- Coordinación. El educador trabajará propuestas óculo-manuales y óculo-pedias, que consisten en el trabajo coordinado de las manos y el ojo y de los pies y el ojo respectivamente: recepción y lanzamiento de objetos.
- Lateralidad. Implica la utilización de un lado de nuestro cuerpo, que será predominante sobre el otro.
- El ajuste rítmico. A través de las melodías y sonidos armónicos, el niño llevará a cabo ciertas acciones de forma organizada, dominando la frecuencia y la intensidad.
- La percepción del tiempo-espacio. Se adquiere gracias a la acción que los niños realizan sobre los objetos.
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